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Displasia de codo

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DISPLASIA DE CODO

La displasia de codo es un término general que incluye cuatro patologías: la no unión del proceso ancóneo del cúbito (NUPA), la fragmentación del proceso coronoides medial del cúbito (FPCM), la osteocondrosis/osteocondritis disecante del cóndilo medial del húmero (OCD) y la incongruencia articular. Estas patologías se pueden observar por separado o simultáneamente, y lo más frecuente es que estén afectadas ambas extremidades. Producen cojera y dan lugar a osteoartrosis secundaria del codo. Generalmente se da en razas grandes y en edad de crecimiento, pero los signos clínicos pueden ser reconocidos por primera vez en la edad adulta.

La radiología ha sido siempre la herramienta diagnóstica inicial de elección, pero en muchas ocasiones no es concluyente y habrá que recurrir a la tomografía computarizada (TC) para llegar a un diagnóstico definitivo.

Un estudio radiológico correcto es complejo, ya que requiere cuatro proyecciones de ambos codos (Fig 1), y debe ser realizado bajo sedación o anestesia para poder posicionar correctamente. Todo ello implica mucho tiempo y encarece el estudio, con la posibilidad de pasar por alto alguna lesión y no llegar a un diagnóstico correcto o definitivo.

Fig 1. Posicionamiento e imágenes radiológicas normales del codo de un perro. Proyección mediolateral en extensión (A y E), mediolateral en flexión (B y F), craneocaudal (C y G) y oblicua craneolateral 15º-caudomedial (D y H).

Fig 2 A y B. A: En la enfermedad del proceso coronoides medial el signo radiográfico más evidente es la visualización del fragmento óseo libre (flecha blanca). B: Otros signos radiológicos sugerentes, pero no concluyentes, son: pérdida de definición del margen craneal del proceso coronoides medial (flecha negra), esclerosis en la escotadura troclear del cúbito (asterisco negro) y/o signos degenerativos secundarios (asterisco blanco).

La TC es una técnica de imagen superior para valorar la articulación del codo al eliminar los problemas de superposición y por el gran detalle óseo que ofrece, unido a tiempos de adquisición muy breves (pocos segundos), lo que permite realizar el estudio bajo sedación ligera. Además, se obtiene la imagen de ambos codos simultáneamente.

Esta técnica permite hacer un diagnóstico precoz en casos de NUPA, FPCM, OCD y/o incongruencia articular. Radiológicamente puede que sea evidente una de estas lesiones, pero pueden pasar desapercibidas otras patologías que puedan ir asociadas.

Fig 3 A, B y C. Imágenes de TC en plano transversal con tres grados diferentes de enfermedad del proceso coronoides medial: osteomalacia (A), fisura incompleta (B) y fragmentación (C). A y B pueden pasar desapercibidas en las radiografías.

Fig 4 A y B. Imágenes de TC en planos dorsal (A) y sagital (B) del codo de un perro con OCD del cóndilo medial del  húmero. Se observa un defecto subcondral (flechas blancas) rodeado por un halo de esclerosis.

Conclusión

La radiografía convencional sigue siendo una herramienta diagnóstica inicial de gran utilidad en el estudio de la displasia de codo, pero implica estudios largos y complejos, con la posibilidad de no llegar a un diagnóstico definitivo.

Por ello, la TC es una excelente alternativa que puede complementar o incluso reemplazar a la radiografía, ya que permite obtener información mucho más completa antes de realizar una artroscopia.